Los exteriores quedaron preciosos, con un montón de detalles decorando cada rincón, desde la entrada hasta un fabuloso altar en la playa.
Muchas flores y elementos del fondo del mar agrupados en graciosos conjuntos y rematados con velas.
Como ellos mismos dicen: "Maravillas que llegan a la playa empujadas por las olas, trozos de madera viejas que se convierten en carteles de boda, ánforas de cristal que albergaron vinos y aceites y quedan anclados en la arena, caracolas, estrellas de mar, conchas marinas, cuerdas y redes de trabajo..."
Para indicar a los invitados sus mesas, crearon este seating plan tan fresco en unas tablas de surf.
Con su trabajo lograron un ambiente excelente. Pronto llegaron los invitados, todos vestidos de blanco y poco después los protagonistas: Tamara y Tomás, y todos juntos disfrutaron de esta boda que ni la Sirenita hubiera soñado.
Y colorín, colorado esta boda de cuento se ha acabado.
Decoración: El Jardín de Mamá Ana
Fotografías: Love me tender Photo